La III Jornada Viva de Sijena ha incluido una peregrinación, a pie y a caballo, misa, comida de hermandad y concierto a cargo de la Coral de Sariñena.
Por tercer año consecutivo, la plataforma Sijena Sí ha organizado este sábado una peregrinación al monasterio monegrino, que ha sumado la participación de alrededor de medio centenar de personas y que ha tenido como objetivo principal reivindicar la llegada de una nueva orden religiosa. El fin último es que el conjunto monacal recupere su esencia y además, pueda convertirse en un lugar de acogida, oración y retiro.
«Queremos que el monasterio vuelva a estar habitado por una orden religiosa, ya que es imprescindible para que sea un espacio vivo y además, con futuro», ha dicho el coordinador de la plataforma Sijena Sí, Juan Yzuel. El colectivo ha vuelto a ser el principal impulsor de la actividad, que ha sumado la colaboración y apoyo de la Orden de Malta, las Hermanas Sanjuanistas y los Ayuntamientos de Villanueva de Sijena, Sena, Sariñena y el Tormillo.
El monumento está deshabitado desde julio de 2020 cuando se marcharon las hermanas de Belén, al no darse las condiciones adecuadas para su «vocación de silencio» y su «vida escondida», según explicaron, especialmente tras la vuelta de los bienes de Sijena. «Nuestro objetivo es reclamar la vuelta de la vida monástica; queremos un espacio vivo, al que la gente quiera venir y gozar de su esencia, es decir, de un lugar de acogimiento, silencio, meditación y oración, abierto a todo tipo de fes», ha insistido Yzuel, alabando las grandes cualidades del conjunto monacal, que cuenta con una edificio acondicionado como hospedería y además, con las 24 viviendas habilitadas en su día por las hermanas de Belén. «Sus posibilidades son enormes. Un monumento habitado es un monumento vivo», ha subrayado.
Por primera vez, la peregrinación, que ha partido de la ermita Santiago de Sariñena y que ha tenido un recorrido total de casi 17 kilómetros, ha incluido la participación de caballos. A lomos de uno de ellos, ha llegado el subdelegado de la Orden de Malta en Aragón, Francisco Cavero. «Los caballos siempre han formado parte de la vida del hombre y de la propia Orden de Malta, y en este caso, nos aportan más colorido y visibilidad, ya que nuestra misión principal es que se oiga nuestra voz y nuestro deseo de tener un monasterio habitado», ha señalado Cavero, que ha confirmado que siguen manteniendo conversaciones con varias órdenes religiosas. «Nosotros hacemos todo lo posible, pero no solo depende de nosotros; hay que encontrar una congregación adecuada y que se den las condiciones necesarias. Hay interés y las conversaciones existen», ha señalado, mostrándose «seguro» de que al final darán sus frutos.
Desde El Tormillo, y también a caballo, ha participado Andreu Ramírez, y desde el mismo punto, aunque a pie, Mercedes Justicia y Laura Valdés. Los tres deseaban unirse a la reivindicación de la jornada Sijena Viva y además, disfrutar de la experiencia de recorrer una parte del camino de Santiago.
Dentro de los participantes, varios han llegado desde la localidad de Sariñena, entre ellos, Cati Torres, que repetía participación. «Me gusta aprovechar cualquier oportunidad de visitar el monasterio de Sijena y además, me parece muy importante el objetivo de la jornada, es decir, que reivindiquemos la necesidad de disfrutar de un monumento vivo. Nuestro deseo es que haya una comunidad religiosa, ya que un monasterio vacío es como un pueblo sin gente. La existencia de una congregación ayudará a su atractivo y conservación y además, será más fiel a su identidad», ha señalado la monegrina.
Los peregrinos han sido recibidos con música de gaita, gracias a la participación de Martín Blecua y Javier Espada, y después, ha habido celebración religiosa, visitas guiadas y comida de hermandad. Por la tarde, estaba previsto un concierto a cargo de la Coral de Sariñena y finalmente, una chocolatada. A lo largo de la jornada, estaba prevista la participación de alrededor de un centenar de personas.
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